La Aventura de un Fotógrafo en La Plata

En 1985 el escritor argentino Adolfo Bioy Casares publicó una novela titulada “La Aventura de un Fotógrafo en La Plata”, que narra las peripecias de un joven fotógrafo provinciano, Nicolasito Almanza, que llega a La Plata con el encargo de fotografiar las maravillas arquitectónicas de la ciudad para una publicación editorial.

A poco de llegar a destino, el personaje principal tiene un encuentro casual con una familia desconocida: el señor Lombardo y sus dos hijas, Griselda y Julia, quienes lo invitan a desayunar bajo falsos pretextos al advertir en él una inquietante semejanza con un hijo desaparecido en circunstancias extrañas. A lo largo de la novela, el lector advierte que esta ausencia se produjo durante la última dictadura militar. El propio Bioy Casares aclara no haber concebido la historia en ese sentido, pero advierte: “No creo que uno pueda soñar una pesadilla tan terrible y no seguir escribiéndola al despertar”.

A partir de aquel encuentro, el inocente fotógrafo queda atrapado en el mundo misterioso de Lombardo, que lo trata como a un hijo y quiere usarlo para cobrar un seguro de vida, y la seducción de sus dos hijas, con las que mantiene un triángulo amoroso. Al mismo tiempo, un grupo de amigos intenta apartarlo de esa familia de dudosas intenciones.

Mientras desenreda esa telaraña para escindir el amor de los intereses, durante una semana Almanza divaga por las calles de la Ciudad, fotografiando algunas de sus maravillas arquitectónicas y espacios emblemáticos: la estación de trenes, la Facultad de Ciencias Exactas, el monumento a Almirante Brown, el Lago del Bosque, el Museo de Ciencias Naturales, entre otros.

Esta novela, tan cercana al lector platense por su geografía y el devenir de su prosa, está marcada por los acontecimientos extraordinarios, y parece no tener el final que todos esperan: la reunión de los enamorados. Sin embargo, eso es algo que deben decidir los propios lectores, pues su final abierto invita a dejar volar la imaginación.